miércoles, 29 de junio de 2016

El estratovolcán más alto de España el Teide, se convierte en laboratorio de nubes


Nuestra montaña más singular es el techo de la isla de Tenerife y de España, de cualquier tierra emergida del océano Atlántico y el tercer mayor volcán de la Tierra. Con una altitud de 3.718 m.s.n.m. y 7.500 metros sobre el lecho oceánico, sus cumbres son también un espectacular laboratorio de nubes de una belleza sin parangón en el mundo.

Examinar los vídeos que desde 2015 el famoso astro-fotógrafo Daniel López nos está regalando en colaboración con el Centro de Investigación Atmosférica de Izaña (AEMET Izaña) y el Teleférico del Pico de Teide. Fotografías y vídeos “timelapses” de alta resolución capturando diferentes fenómenos atmosféricos en el entorno del Parque Nacional del Teide. Espectacular es poco para describir el trabajo resultante.

Según explica AEMET, estos videos no tienen un mero sentido visual. El proyecto es mucho más ambicioso. Pretende ser un material que se utilizará para diferentes actividades científicas, divulgativas, educativas, y cómo no, también artísticas. Ciencia, técnica y arte se unen para ofrecernos imágenes espectaculares de la atmósfera en las cumbres de Tenerife.

El vídeo que se adjunta se muestra solo como “la tarjeta de presentación del proyecto que acaba de comenzar”, y en él pueden observarse imágenes espectaculares sobre la evolución de la atmósfera y su interacción con los paisajes del Parque Nacional del Teide.

Entre las instituciones que forman parte de este proyecto se encuentra AEMET Izaña, institución científica que este año celebra el centenario del Observatorio de Izaña, situado en el privilegiado enclave de la isla de Tenerife a 2.373 metros de altitud. Posee excepcionales condiciones atmosféricas por lo que destaca su papel en el programa de vigilancia atmosférica de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

El Observatorio se inauguró el 1 de enero de 1916 y desde su inicio ha mantenido observaciones meteorológicas y atmosféricas de gran calidad, con registros únicos a lo largo de estos 100 años que constituyen unas de las series meteorológicas de alta montaña, representativas de la troposfera libre, más largas del mundo.

jueves, 23 de junio de 2016

Anillamiento científico en los Silos, finca Pachamama


JORNADA DE ANILLAMIENTO CIENTÍFICO
El día de ayer se desarrolló una jornada de anillamiento científico en la finca agroecológica La Pachamama, en los Silos, la cual gestiona el coordinador científico del proyecto Lanius, David P. Padilla.


A esta jornada asistió parte del equipo del proyecto Lanius, siguiendo con la formación continua complementaria de los participantes.


Se anillaron un total de 32 ejemplares pertenecientes a siete especies nidificantes en la Isla Baja.


Todo un lujo de aprendizaje compartido que terminó con un excelente almuerzo de productos agroecológicos…

Fotos: Proyecto Lanius

miércoles, 22 de junio de 2016

Relatos hiperbreves para evaluar el aprendizaje compartido


UNA EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE COMPARTIDO
En el equinoccio del primer periodo de trabajo del proyecto Lanius, presentamos dos relatos hiperbreves realizados por los participantes, donde utilizando algunas palabras claves como: elefante, sombras, perplejo/a, cómodo/a, guiso, miedo, piedra, cuerda y cantos construyen una pequeña historia enmarcada en una de las actividades realizadas dentro del proceso de evaluación continua que pretende recoger información acerca de la aceptación y dinamización de las acciones propuestas, la satisfacción de los destinatarios, así como la valoración del papel desempeñado por los responsables de coordinar el mismo.


HIPERBREVE 1
En el momento en que abro el correo donde me comunican que he sido aceptado/a para formar parte del proyecto Lanius, el miedo y la incertidumbre se apoderan de mí. El mundo de los pájaros me era desconocido hasta el punto de ser incapaz de diferenciar un simple mosquitero de un elefante. Sin embargo, los primeros talleres y la convivencia con mis compañeros/as sirvieron como cuerda a la que agarrarme para dejar atrás la inseguridad, y hacerme sentir cada vez más cómodo/a.

Los primeros fines de semana, los censos, la disponibilidad de alimentos, la relación con los/as compañeros/as, eran sombras que se disipaban poco a poco. Las jornadas de intensa búsqueda entre piedras, afinando el oído ante los diferentes cantos de pájaro, se iban convirtiendo en una agradable rutina.

Perplejo es el adjetivo que describe mi estado ante los secretos y valores que revela el Parque Nacional del Teide. Y si después de leer esto no sientes lo mismo que yo… ¡búscate el guiso, compadre!


HIPERBREVE 2
Estaba muy cómoda en casa cuando me enteré de que había sido seleccionado/a para el proyecto Lanius. ¡Me quedé perpleja! ¡Qué suerte tener una oportunidad así!

Al llegar a la primera reunión conocí a mis futuros/as compañeros/as y me di cuenta de que todos/as anhelábamos formar parte de algo grande; y nos propusieron algo enorme, tanto como el Teide o más.

Punto de encuentro: Viernes ocho de abril, 17:00 horas, Parque Cultural Doña Chana, La Orotava. Ahí estaba Marcelo con la guagua, esperándonos, guagua que cargamos con nuestras mochilas de nervios y miedo, pero también de ilusiones y bizcochones. Tras un viaje de mareo y bruma por Aguamansa llegamos a nuestro destino (altura aproximada 2000 m.s.n.m.), donde nos esperaba nuestro anfitrión principal: El Parque Nacional del Teide. 

Allí nos encontrábamos diez desconocidos, compartiendo deberes y placeres. Y uno de los mayores placeres, la comida. Entonces, nos dimos cuenta de que ¡para alimentar a esta gente hacía falta un elefante!

El primer día de campo tocó censo y disponibilidad de alimento, ¿seré capaz de hacerlo? Antes pensaba que no y ahora sé que sí soy capaz.

Al principio sólo veía piedras y sombras en Las Cañadas del Teide, pero poco a poco el miedo desaparecía e iba reconociendo el canto de nuestro pequeño amigo el “guerrerillo” (pan chichi pan chichi pan).

Unos a otros nos íbamos echando una cuerda en lo que hiciera falta, para tirar hacia adelante cual bien nutrido elefante, ¡vaya equipazo! En definitiva, estamos aprendiendo mucho en este recorrido y una cosa tenemos clara, ¡aquí, el que no se busca el guiso, está perdido, compadre!

Fotos: Proyecto Lanius

domingo, 19 de junio de 2016

El tajinaste rojo como valor y recurso natural en el Parque Nacional del Teide

Foto 1: Tajinastes en floración en el Parque Nacional del Teide
Autora: R. Melián


Compatibilizar la conservación y el uso tradicional: el tajinaste rojo como valor y recurso natural

Abstract

Conflations between the traditional uses and conservation: red bugloss as a natural value and resource
Echium wildpretii, commonly known as red bugloss or “tajinaste rojo del Teide” in Spanish, is one of the most emblematic species of Tenerife, reaching different locations within the Teide's National Park. Its biannual spring blooming and its tapered inflorescence with 3 meters high raise it as a landscape attraction among residents and tourists.

Also the red bugloss offers an outstanding melliferous interest which is established by the pollination carried out by several species, such as the Canary Island chiffchaff, the Canary Blue tit and the canaries. However, the European honey bee was introduced in the Park for the honey massive production bringing on ecological consequences, and even some surveys show beneficial relationships between A. mellifera and the red bugloss some others present negative effects, reducing the biodiversity of several native pollinators as well as in the survival of the progeny of Echium wildpretii wildpretii (Valido et al. 2002; Valido et al. 2007-2010). An uphill job has been done by the development of management plans (PRUG) but, unfortunately, this issue still yields controversy between conservationists and beekeepers nowadays.

Keywords: red bugloss, honey bee, pollination, Teide's National Park, conservation.


El tajinaste rojo (Echium wildpretii wildpretii Pearson ex. Hook f.), es una planta endémica del área subalpina de Tenerife que se encuentra en el Parque Nacional del Teide. Forma parte del matorral de cumbre, en varias localizaciones de la alta montaña de Tenerife (BDBC, 2016). Una de las peculiaridades biológicas de esta especie es la disposición de sus flores rojas en una gran inflorescencia en forma de espiga, que puede llegar a medir hasta 3 m de alto. Además, suele florecer a partir del segundo año de vida, tras lo cual, muere (A.J.Pérez, com. pers.). El tamaño y espectacularidad de esta inflorescencia es el motivo por el cual, durante su floración, acuden numerosos turistas y tinerfeños a disfrutar de este espectáculo de color efímero.

Se trata de una especie de gran interés melífero por ofrecer su alto contenido en néctar. Por ello, se ha aprovechado históricamente como un recurso natural para la producción de miel, con la introducción de abejas domésticas (A. mellifera Linnaeus, 1758), (Suárez Lorenzo, M.L., 2015).


Los orígenes de la producción de miel
En el siglo XVI (1508), el Consejo de la isla prohibió la instalación de las colmenas cerca de las áreas de los viñedos por lo que obligó a colocarlas en Las Cañadas del Teide, próximas a las floraciones del Parque, para obtener una mayor producción. Existe documentación sobre este uso tradicional en esta zona desde el siglo XVIII, que se llevaba a cabo durante la floración de la retama del Teide (Spartocytisus supranubius (L. f.) Christ ex G. Kunkel) y del codeso (Adenocarpus viscosus (Willd.) Webb & Berth.), especies de interés melífero. Desde entonces se ha considerado que la actividad de las abejas es beneficiosa para la vegetación (OAPN, 2008).

Las mieles de Tenerife son apreciadas por la exclusiva flora natural de la isla, con la presencia de endemismos como la retama del Teide y del tajinaste rojo, siendo la miel de esta plantas únicas en el mundo. Son especialmente valoradas por sus tonalidades claras y sabores menos intensos. Es tal la importancia del sector apícola en Tenerife (es la isla canaria con más del 60 % de apicultores del archipiélago), que se ha querido proteger, desde enero de 2014, con la garantía del sello de Denominación de Origen Protegida. Su importancia también radica en los efectos beneficiosos de la polinización en la agricultura, probada en varios países. En Tenerife, ya se experimenta el beneficio mutuo que reciben apicultores y agricultores: el primero, alquila sus colmenas (de la que no obtiene ni miel ni polen), mientras que el segundo, aumenta su cosecha y la calidad de sus productos (Casa de la Miel).


La gestión del aprovechamiento apícola en la actualidad
La normativa que regula esta actividad en el Parque Nacional, posibilita la instalación de colmenas, previa solicitud administrativa, en un número máximo de 2709 colmenas en el presente año. Este número se basa únicamente en el de colmenas instaladas en el año 2014 y no en ningún estudio de disponibilidad de recursos o de capacidad de carga del ecosistema. Esta norma también indica que, al finalizar el periodo de aprovechamiento apícola, se debe elaborar un informe de seguimiento desde el punto de vista medioambiental. Éste, indicará el impacto causado por esta actividad sobre los recursos naturales del Parque Nacional. Esta norma pretende así cumplir dos objetivos del Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional (PRUG): uno, “proporcionar estabilidad y diversidad ecológicas perpetuando en un estado tan natural como sea posible sus comunidades bióticas y sus recursos genéticos [...]” y dos, “regular los usos y aprovechamientos de recursos naturales para hacerlos compatibles con su conservación” (Cabildo de Tenerife, 2016).

La abeja doméstica (Apis mellifera Linnaeus, 1758) utilizada para la producción de miel se considera actualmente como una especie nativa probable (BDBC, 2016), aunque es una especie introducida por los colmeneros para esta actividad económica en el Parque Nacional del Teide. El PRUG contempla que los aprovechamientos y usos tradicionales que juegan un papel positivo en los procesos ecológicos, podrán seguir y mantenerse, si bien, en caso necesario, habría que adaptar la intensidad del uso y la forma de realizarlo para hacerlo compatible con la conservación (BOE, 2002).

Foto 2. Detalle de la inflorescencia del Tajinaste Rojo
Autora: R. Melián


Estudios de la relación mutualista
Estudios científicos como el de Alfredo Valido y colaboradores (2011) corroboran, al igual que el PRUG, la importancia que tienen las especies de aves e invertebrados nativos en la polinización y dispersión de semillas de especies vegetales autóctonas de Tenerife. Por un lado, la presencia de A. mellifera afectó de manera positiva en el fitness de Echium wildpretii wildpretii. Por otro lado, Valido menciona un estudio reciente que muestra cómo la abeja doméstica afecta de forma negativa a la reproducción de esta planta y de Spartocytisus supranubius, cuyos efectos negativos se verían en estadíos posteriores de sus ciclos vitales. La presencia de A. mellifera en el Parque Nacional también reduce drásticamente la diversidad y riqueza de especies de polinizadores nativos como el mosquitero (Phylloscopus canariensis, Phylloscopidae), el herrerillo (Cyanistes teneriffae, Paridae) y el canario (Serinus canarius, Fringiliidae). Se debe probablemente a interacciones competitivas por los recursos tróficos (néctar y polen) que ofrecen especies vegetales como la retama blanca (Spartocytisus supranubius). Como recomendación, el estudio mencionado propone ciertas medidas de conservación y gestión de la actividad apícola en el Parque. Entre éstas, se encuentra la reducción o alternancia interanual del número de colmenas autorizadas en el Parque Nacional, e incluso, la eliminación total de la presencia de colmenas en el interior del mismo (Valido et al., 2011).

Visto lo anterior, queda abierto un debate en el que cabe y se espera la participación de todos los agentes sociales implicados (científicos, gestores del Parque Nacional y, por supuesto, los apicultores, que tienen mucho que decir). Entre todos se debe colaborar para conseguir el objetivo de compatibilizar conservación y aprovechamiento tradicional, establecido por el PRUG.


Autoras: Inmaculada García y Raquel Melián
Traductor: Víctor Díaz


REFERENCIAS
Gobierno de Canarias. Banco de Datos de Biodiversidad de Canarias (BDBC).

Suárez Lorenzo, M.L., 2015. HTML5. Tajinaste rojo. Canariwiki.

Organismo Autónomo de Parques Nacionales (OAPN), 2008. Aprovechamientos y actividades tradicionales en las Cañadas. Acreditación de conocimientos para ejercer de guía en el Parque Nacional del Teide. Santa Cruz de Tenerife.

Casa de la Miel. Cabildo de Tenerife.

Cabildo de Tenerife. Área de Sostenibilidad, Medio Ambiente, Aguas y Seguridad., 2016. Normas que regulan la actividad apícola en el Parque Nacional del Teide.

Boletín oficial del Estado (BOE), 2002. Decreto 153/2002, de 24 de octubre, por el que se aprueba el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional del Teide.

Valido, A; Rodríguez-Rodríguez, C; Jordano, P., 2011. Interacciones entre plantas y polinizadores en el Parque Nacional del Teide: consecuencias ecológicas de la introducción masiva de la abeja doméstica (Apis mellifera, Apidae).

viernes, 10 de junio de 2016

Impactos ambientales en la Reserva Natural Especial del Malpaís de La Rasca

Figura 1: Mapa de localización de la Reserva Natural Especial de La Rasca
Elaboración: Isabel Esquivel Sigut


The Special Nature Reserve "Malpaís de la Rasca"

Abstract

The Special Nature Reserve "Malpaís de la Rasca" stands out for its natural features: geomorphological and both floristic and faunistic. This area has suffered the effects of human activity which have changed the territory. Mainly the hotel construction and the outline and overuse of dirt tracks. Also sand and gravel extraction and the disposal of waste products.

Keywords: Malpaís de la Rasca, Environment, Environmental impactm, Protected area.


Impactos ambientales en la Reserva Natural Especial del Malpaís de La Rasca
La Reserva Natural Especial del Malpaís de La Rasca fue declarada como tal por la Ley 12/1994 de 19 de diciembre, de Espacios Naturales de Canarias. Se localiza en el sur de la isla de Tenerife en el municipio de Arona (Figura 1).

Desde el punto de vista climático, las escasas precipitaciones en la zona, junto con las elevadas temperaturas e insolación (bajos niveles de nubosidad), dada su ubicación en el extremo más meridional de Tenerife, dota a la Reserva de un clima árido. 

Geológicamente, los elementos más sobresalientes son los conos volcánicos de naturaleza estrombroliana, Montaña Grande (o Gorda), Aguzada, La Caraba y Pardela, alineados con una dirección NNE – SSO. Las coladas basálticas y traquibasalticas forman la morfología de la reserva en aquellas partes en las que el territorio no ha sido roturado para el cultivo o para las construcciones.

Montaña Grande es la mayor altitud y tamaño del conjunto de conos volcánicos que se encuentran en la Reserva, además funciona como eje vertebrador del espacio por su ubicación casi central.

Otro elemento destacado es Montaña Aguzada, cuyo origen freatomagmático dio lugar a una caldera interior, donde se acumulaba el agua de la lluvia dando lugar a una pequeña laguna. Posteriormente fue desecada para uso agrícola, recibiendo el nombre de La Laguneta.  

Las condiciones climáticas junto con la presencia de costa son la consecuencia de que la vegetación presente en el Malpaís de la Rasca esté ligada a las especies halófilas y al piso del cardonal–tabaibal.

El cinturón halófilo costero, está situado en la zona más próxima a la costa con una fuerte influencia de spray marino. Las especies vegetales presentes se caracterizan por su capacidad de resistencia a las elevadas concentraciones salinas, son ejemplares de pequeño porte con hojas normalmente suculentas. Destacan: lechuga de mar (Astydamia latifolia), tomillo marino (Frankenia capitata), siempreviva (Limonium pectinatum) y uva de mar (Zygophyllum fontanesii).

El cardonal se encuentra en algunos islotes sobre un sustrato rocoso, aunque en la zona donde se encuentra mejor conservado se sitúa en las cercanías del Faro de la Rasca, y en las proximidades de la carretera asfaltada al faro. Otras zonas a destacar, son en los diferentes conos volcánicos de Montaña Grande, La Caraba y en el borde del cráter de Montaña Aguzada. Las especies acompañantes del cardonal (Euphorbia canariensis) más destacadas son: tabaiba amarga (Euphorbia lamarckii), tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera), cornical (Periploca laevigata), salado blanco (Schizogyne sericea), leña buena (Neochamaelea pulverulenta), esparraguera (Asparagus arborescens). Entre la fauna invertebrada asociada a estas especies podemos destacar los coleópteros: Lepromoris gibba (escarabajo longicornio) y Pelleas crotchi.

Tabaibal dulce se observa en bastantes zonas del malpaís, aunque los enclaves donde presenta una excelente conservación corresponden a las laderas más soleadas de Montaña La Caraba y Montaña Grande.  Las especies acompañante de la tabaiba dulce: verode (Kleinia neriifolia), cardoncillo (Ceropegia fusca), gualdón (Reseda scoparia), cornical (Periploca laevigata), salado (Schizogyne sericea), espino de mar (Lycium intricatum) y romero marino (Campylanthus salsoloides). En la fauna invertebrada de las tabaibas, destacar la oruga (Hyles euphorbiae) y el coleóptero Stenidea albida.

Destacar la presencia de una comunidad de incienso (Artemisia ramosa) en el cráter del cono volcánico de Montaña La Caraba. Las poblaciones de esta especie endémica existentes en el Malpaís de la Rasca, son las más importantes de Tenerife. 

En cuanto a las especies invasoras más destacadas en la Reserva, encontramos: tunera salvaje (Opuntia dillenii) y el bobo (Nicotiana glauca). 

También son importantes la barrilla (Mesembryanthemum crystallinum) y el cosco (Mesembryanthemum nodiflorum), que se cultivaron para la obtención de la sosa, vidrios y ciertos tejidos en los sigos XVIII y XIX,  actualmente ocupando una gran extensión en la Reserva.

La fauna que predomina en el Malpaís de la Rasca, no es específica de la Reserva, sino propia de los ambientes xerófilos de la isla de Tenerife. 

Destacan las especies de invertebrados endémicos asociados a los cardones y a las tabaibas citados anteriormente. Además de un gran coleóptero Pimelia canariensis endémico de la isla de Tenerife, presente en algunas zonas de la Reserva, cercanías de Montaña Grande y La Caraba.  

Entre los vertebrados destacan los reptiles: el lagarto tizón (Gallotia galloti), la lisa (Chalcides viridanus) y el perenquén (Tarentola delalandii), los tres endemismos canarios. En el grupo de las aves, podemos encontrar: bisbita caminero (Anthus Berthelotii), la curruca tomillera (Sylvia conspicillata), mosquitero canario (Phylloscopus canariensis), perdiz moruna (Alectoris barbara koenigi) entre otras características de las zonas bajas. También se pueden se pueden observar, aunque menos frecuentes, la abubilla (Upupa epops), el alcaudón real (Lanius meridionalis) y el camachuelo trompetero (Bucanetes githagineus). En cuanto a las rapaces, la más frecuente es el cernícalo (Falco tinnunculus). Las aves asociadas a la franja litoral más comunes son el chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), la pardela cenicienta (Calonectris diomedea) y la gaviota patiamarilla (Larus cachinnans). 

El murciélago rabudo (Tadarida teniotis) es el único mamífero autóctono que se ha encontrado en la Reserva del Malpaís, aunque está sufriendo una gran regresión. 

Los otros mamíferos que se encuentran en el Malpaís, son especies introducidas, tal es el caso del conejo (Oryctolagus cuniculus), las ratas (Rattus rattus), ratones (Mus domesticus), así como el erizo moruno (Atelerix algirus).


IMPACTOS AMBIENTALES
A nivel general, observamos un estado de conservación irregular, alternándose zonas bastante bien conservadas con zonas muy afectadas por los usos humanos. Se produce una mezcla entre las transformaciones que sufrió el espacio hasta su declaración como RNE (Reserva Natural Especial) y las alteraciones que hoy en día siguen constituyendo una amenaza para la conservación de los recursos naturales y paisajísticos de este enclave. 
Diferenciamos principalmente cuatro impactos:


1. Las edificaciones en el territorio
La Reserva no fue nunca poblada de manera estable, y actualmente no vive nadie dentro de la misma. Sin embargo, en su entorno existen dos núcleos de muy distinta tipología y función: 
  • Palm-Mar al noroeste; una urbanización que se inició originalmente como centro de iniciativa turística, y que hoy es un área residencial de más de 1500 personas, ocupando el fondo de la suave depresión de La Arenita.
  • El Fraile al este; un barrio que tuvo su origen en el auge de la agricultura de exportación, creciendo rápidamente, al atraer a la población de los alrededores e inmigrantes gomeros.
Además de estos dos núcleos, encontramos también al este de Montaña Grande, junto al límite de la Reserva, el caserío de los Bebederos, donde habitan algunas familias de trabajadores de la finca de la zona. Existen también numerosas infraestructuras agrícolas distribuidas a lo largo de la Reserva. Su grado de conservación es muy variable debido al cese de esta actividad, encontrándose muchas de ellas en avanzado estado de deterioro, por lo que ejercen un impacto paisajístico.

Como suele ocurrir con las urbanizaciones, han generado en su periferia una serie de impactos (taludes, movimiento de tierras, vertidos de escombros, basuras…) que afectaron durante décadas de forma muy directa a la Reserva, teniendo hoy en día una importancia destacable en el deterioro ambiental producido sobre la misma.


2. Extracción de áridos
Las principales afecciones sobre el paisaje volcánico están producidas por aprovechamientos realizados en el pasado. Los principales materiales extraídos en el Malpaís de la Rasca eran arena y picón, destacando este último. Estas ‘’mordidas’’ producidas por la extracción afectan prácticamente a todo el conjunto de edificios volcánicos de la Reserva, pero las más importantes, y que a su vez suponen la mayor agresión ambiental, se encuentran fundamentalmente en Montaña Gorda o Grande. Estas extracciones han destruido completamente el flanco nororiental del cono, dando lugar a la aparición de taludes verticales y rompiendo absolutamente la morfología original del mismo. Dicho volcán se intentó restaurar en su día, pero las iniciativas para ello fracasaron debido a la continua extracción que se realizaba.

Las huellas extractivas llevan ligadas a su vez otros impactos, ya que implicaron la construcción de pistas y generaron nuevos biotopos en los que proliferan formaciones vegetales regresivas y alóctonas.

Foto: Isabel Esquivel Sigut


3. Vertidos
Uno de los grandes problemas de esta Reserva fue la profusión de vertidos de materiales de diferente naturaleza: escombros, basuras, vehículos abandonados, electrodomésticos, plásticos de invernadero… habiendo disminuido en la actualidad debido al cierre de algunas de las vías, así como un mayor control por parte del Cabildo de Tenerife. El malpaís se ve muchas veces como un gran solar abandonado donde tirar los residuos que se generan en las áreas urbanas más cercanas (Los Cristianos, Las Américas…) y parte de los generados in situ (El Fraile, el Palm-Mar). 

Se aprovecha para esto la red de pistas, que facilita el acceso a algunos de los rincones, sobre todo a las zonas con usos agrícolas. Muchos de estos vertidos se produjeron durante años debido a la ausencia de un punto limpio cercano que facilitase la gestión de estos. Desde 2001 se cuenta con el punto limpio de Arona, el cual facilita a los vecinos la recogida selectiva de residuos de origen doméstico, así como toda clase de enseres. Sin embargo, aún se pueden seguir viendo en algunas zonas del Malpaís diversos focos de basura, quizás por la falta de concienciación o por la comodidad que puede suponer tirar estos residuos al lado de casa.

Esta clase de impactos se resuelven con un proyecto de restauración paisajística. Un ejemplo claro es la zona de la caldera de La Laguneta, que llegó a estar en un estado lamentable y que hoy en día es aprovechada para el cultivo, encontrándose en óptimas condiciones.


4. Pistas
Aunque ya hemos hablado de ellas, mención aparte merecen las numerosas pistas existentes, las cuales constituyeron un gran impacto debido a la posibilidad de tránsito incontrolado de vehículos a lo largo de la reserva. Existen dos pistas principales y una red de pistas secundarias que se extiende por casi todo el malpaís, destacando la que asciende a Montaña Grande, actualmente en desuso. La existencia de muchas de ellas está vinculada a la agricultura y a las antiguas actividades extractivas llevadas a cabo en la reserva. En la actualidad hay un mayor control por los agentes de medio ambiente, frenando de esta manera el tránsito incontrolado de vehículos. Todos estos aspectos anteriormente citados han contribuido a una degradación paisajística (pérdida de suelo, vegetación, fauna…)


Autores: Isabel Esquivel Sigut y Gabriel Garrido Macías
Traductora: Gesa Tamara Kruger


REFERENCIAS
Sabaté Bel, F, 1993. Burgados, tomates, turistas y espacios protegidos. Editorial Confederación de Cajas de Ahorros. Santa Cruz de Tenerife.

Martín Esquivel, JL, García Court, H, Redondo Rojas, CE, García Fernández, I, Carrelero Jaime, I, 1995. La Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos. Viceconsejería de Medio Ambiente.

Gobierno de Canarias, 2004. Plan Director, documento informativo de la Reserva Natural Especial del Malpaís de La Rasca. 111p.

García Becera, R, Ortega Muñoz, G, Pérez Sánchez, JM,1992. Insectos de Canarias. Cabildo Insular de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria.

Izquiero, I.,J.L. Martín, N. Zurita & M. Arechavaleta (eds). 2004. Lista de especies silvestres de Canarias (hongos, plantas y animales terrestres) 2004. Consejería de Medio Ambiente y Ordenación Territorial, Gobierno de Canarias. 500 pp.

martes, 7 de junio de 2016

Visitantes muy oportunos


Durante los periodos de trabajo de campo y estancia en Parque Nacional del Teide, nos visitan oportunos expertos investigadores que contribuyen a mejorar la percepción de los valores patrimoniales que atesora el Parque y nos aclaran dudas sobre la impresionante biota que vamos descubriendo.


Se aprovechan estas oportunidades para abrir foros de debate donde se disfruta mucho del proceso de aprendizaje compartido. En esta ocasión nos visitó el entomólogo Antonio J. Pérez (Tony), que nos permitió comprender mejor las complejas interacciones entre tajinastes, retamas, polinizadores nativos y la abeja doméstica… todo esto después de una estupenda cena...


Fotos: Proyecto Lanius

jueves, 2 de junio de 2016

Evaluación continua en el proyecto Lanius

Vídeos: Proyecto Lanius

El pasado fin de semana (28 y 29 de mayo) dedicamos tiempo a evaluar en qué situación se encontraba el proyecto Lanius, desarrollando para ello diferentes dinámicas grupales

La evaluación continua pretende recoger información acerca de la aceptación de un proyecto, la satisfacción de los destinatarios, así como la valoración del papel desempeñado por los responsables de dinamizar el mismo. Es una parte fundamental en el proceso y una herramienta muy valiosa para el buen funcionamiento del proyecto. Para llevarla a cabo, distinguimos tres momentos diferentes en la aplicación de la evaluación:

Evaluación inicial: es previa al comienzo de la actividad o el programa a realizar. De esta forma nos aseguramos la detección de las necesidades, demandas e intereses, permitiéndonos así adecuar el programa lo más posible a los intereses de los y las participantes. 

Evaluación de proceso: se realiza durante el desarrollo de la actividad. Para ello, es conveniente tantear las expectativas del grupo en las primeras tomas de contacto, y realizar actividades de evaluación intermedias para comprobar el grado de satisfacción de las personas que están participando en el proyecto. 

Evaluación posterior a la actividad: llegado este punto, es el momento de verificar si se han cumplido los objetivos, se han llevado a cabo todas las actividades y por supuesto, recopilar información para la incorporación de mejoras e introducción de cambios.

miércoles, 1 de junio de 2016

Aprendiendo a aprender



Vídeos: Proyecto Lanius

Tradicionalmente se ha intentado acercar la ciencia a la ciudadanía a través de experiencias no demasiado exitosas. En las últimas décadas estamos asistiendo a un auge de nuevas propuestas metodológicas para conseguir involucrar a las personas desde la acción. 

La ciencia ciudadana llega con fuerza para establecer nuevos vínculos entre científicos, ciudadanos y medio ambiente, un concepto, citizen science, acuñado por Rick Bonney, director del Cornell Lab of Ornithology, y que define la participación pública en la producción de conocimiento científico. En cierto modo, poniendo sobre la mesa esta manera de hacer ciencia y apostando por ella, contribuimos a democratizarla. 

Dar validez y rigor a los datos que toman la gente corriente es uno de los leitmotiv de la ciencia ciudadana y que la diferencia en gran medida de algunas iniciativas más enmarcadas en el mundo de la educación ambiental. 

Resulta evidente que hacer participar a voluntarios cargados de motivación en proyectos que generan datos que no serán tenidos en cuenta genera a la larga una cierta desafección. La clave para evitarla y para ser más eficientes, es generar metodologías basadas en la participación ambiental, que sean bastante simples para que no requieran conocimientos previos exhaustivos y que, sobre todo, generen datos con rigor, que puedan servir a los investigadores, a las entidades promotoras del estudio o a la administración. 

Con esta visión de red, de investigadores motivados y atentos por todo el territorio, contribuimos a multiplicar el conocimiento y entender mejor aquello que está a nuestro alrededor.