martes, 30 de agosto de 2016

Rapaces macaronésicas: especies de interés

 Busardo ratonero o aguililla (Buteo buteo spp)
Foto: Marcin Moga, Flickr CC BY 2.0 


Macaronesian raptors: representative species

Abstract

The Macaronesian biogeographic region (Azores, Madeira, Savages Islands, Canary Islands and Cape Verde) shelters a set of different climatic conditions which allows the establishment of a various diversity of habitats, which also is an enabling enclave for the settlement of species. The raptors are the highest shackle of the trophic chain with its great importance at an ornithological level as well as at conservatism level (for instance, the fact that the owls are biological indicators of the anthropic intromission in macaronesian heaths or other ecosystems). The majority of threat factors have an anthropical character and the conservation labours endures the handicap of the lack of information about the abundance and distribution in wide ranges. During the years 12 raptors nesting species in the macaronesia have been described, number which can change thanks to new and future appearances.

Throughout this article we are going to cite several representative species, its biology, distribution, threat factors and its current situation for learn firsthand information about this exciting birds that never cease to amaze us.

Keywords: Macaronesia, Eurasian buzzard, barn owl, osprey, ornithological characteristics, ethology, threat factors, conservation.


Resumen
La región biogeográfica de la Macaronesia (Azores, Madeira, Salvajes, Canarias y Cabo Verde) alberga un conjunto de diferentes condiciones climáticas haciendo posible que aflore una gran diversidad de hábitats, enclave propicio para el asentamiento de especies, siendo las rapaces, el conjunto de aves pertenecientes al eslabón más alto de la cadena trófica de gran importancia, tanto a nivel ornitológico como conservacionista. Ejemplo de ello, es el hecho de que las rapaces nocturnas sean indicadores de la intromisión humana en brezales macaronésicos u otros ecosistemas. La mayor parte de los factores de amenaza son de carácter antrópico, y las tareas de conservación sufren el hándicap de la falta de información con respecto a la distribución-abundancia a gran escala. A lo largo de los años, se han descrito hasta 12 especies de rapaces nidificantes en la franja macaronésica, número que puede variar gracias a nuevas y futuras apariciones.

A lo largo del artículo citaremos algunas de las especies representativas del entorno, hablando sobre su biología, distribución, factores de amenaza y situación actual para conocer de primera mano información sobre estas apasionantes aves que nunca dejarán de sorprendernos.

Palabras clave: Macaronesia, busardo ratonero, lechuza común, águila pescadora, características ornitológicas, etología, factores de amenaza, conservación.


Agradecimientos
Nos complace agradecer tanto cordial como cercanamente a Rubén Barone, naturalista bien conocido en Canarias en el ámbito de la ornitología, por el apoyo tanto conceptual como bibliográfico en la elaboración de este nuestro artículo ya que, sin sus consejos de buen hacer, este artículo quizá no hubiera sido tan provechoso como creemos que lo ha sido.


Introducción
La Macaronesia es una discutida región biogeográfica compuesta por los archipiélagos de Azores, Madeira, Salvajes, Canarias y Cabo Verde, aunque desde el punto de vista biológico se incluye también una franja del noroeste de África (Marruecos atlántico, norte del Sáhara Occidental y un sector interior del Antiatlas) y, dependiendo de la autoría, el denominado "enclave algarvo-onubense", situado en el suroeste de Portugal [1]. Las diferentes condiciones climáticas albergadas a lo largo de los archipiélagos proporcionan una diversidad de hábitats (38 de acuerdo con el anexo I de la Directiva sobre Hábitats [2]).

Dentro de este conjunto, las rapaces denotan un interés tanto ornitológico como conservacionista, siendo ejemplo de ello el hecho de que las rapaces nocturnas son indicadores de la intromisión humana en brezales macaronésicos u otros ecosistemas [3]. Gran parte de los factores de amenaza que condicionan a las rapaces nidificantes de la Macaronesia son de carácter antrópico (destrucción y modificación del hábitat, impacto de los tendidos eléctricos, afección de venenos y pesticidas, molestias en las áreas de cría y alimentación…) [4].

Sin embargo, a pesar del gran número de recursos en conservación e investigación que canalizan las rapaces forestales diurnas, y los innegables logros en su conservación la información sobre sus patrones de distribución y abundancia a gran escala suele ser imprecisa (Palomino, D. y Valls, J. 2011), pero si se conoce tanto su distribución como su estatus a nivel local/insular, las labores de conservación pueden ser bastante provechosas. Alrededor de 12 especies de rapaces nidificantes nocturnas y diurnas se han registrado en Canarias a lo largo de la historia [5], aunque se ha citado recientemente la exitosa reproducción del milano negro en Canarias, concretamente en Tejeda, Gran Canaria, por lo que el número ulterior a lo largo de los años posiblemente se verá sometido a modificaciones [6].

En este artículo comentaremos especies relativamente representativas del grupo de las rapaces con características interesantes como son el busardo ratonero (Buteo buteo), el águila pescadora (Pandion haliaetus) y la lechuza común (Tyto alba).


Busardo ratonero (Buteo buteo spp.)
El busardo ratonero, ratonero o aguililla pertenece a la familia Accipitridae, dentro del orden Accipitriformes. De acuerdo con la UICN, se trata de una especie de preocupación menor y posee un amplio abanico de subespecies del que se puede destacar a Buteo buteo rothschildi [7], presente en la región Macaronésica, a B. b. vulpinus por las cuantiosas distancias que recorre en su migración [8] o a B. b. insularum, la subespecie canaria [9]. Se observa una distribución paleártica aunque está ausente en el norte de África (donde es sustituida por B. rufinus) (Palacios Palomar, 2005).


Busardo ratonero (spp. canaria) en vuelo
Foto: Juan Emilio, Wikimedia Commons CC BY-SA 2.0


Aspectos fenológicos son apreciables para discernir entre los individuos, como su dorso pardo, las partes inferiores claras estriadas, las alas oscuras (siendo más claras por debajo y con primarias de punta negra) o la cola oscura y barreada. Sin embargo, la característica crucial para determinar el sexo de los individuos es el tamaño de los individuos y, aun así, debido al solapamiento tan grande que se presenta en las mudas, no es un carácter válido para ejemplares individuales [10]. Por otra parte, su edad puede llegar a alcanzar los 25 años [11].

La especie en cuestión abarca un extenso conjunto de hábitats, desde zonas costeras hasta zonas de alta montaña (2000-2200 m de altitud, aunque cría más frecuentemente por debajo de los 1000 m. Presente en una gran variedad de terrenos arbolados, más típico de linderos forestales, pequeños bosques, zonas rocosas o vegetación de refugio con herbazales, aunque en invierno puede ocupar terrenos abiertos donde exista una mayor disponibilidad trófica (Palacios Palomar, 2005) [12]. Al mismo tiempo se trata de una rapaz muy conspicua ya que se posa a menudo a la vista en lo alto de árboles, ramas desnudas, postes, estacas de cercados, rocas o salientes, aunque también puede hacerlo en el interior de las masas arbóreas; también es posible verlo posado en el suelo en busca de alimento [13].

Mediante diferentes técnicas de análisis se ha mostrado que el ratonero posee una dieta muy variada, tanto de mamíferos como de mamíferos y reptiles, siendo ejemplos principales de ello el conejo (Oryctolagus cuniculus), la ardilla moruna (Atlantoxerus getulus) y la paloma bravía (Columba livia). El lagarto ocelado (Timon lepidus), el erizo moruno (Erinaceus algirus) o la perdiz moruna (Alectoris barbara) son más bien ejemplos ocasionales (Palacios Palomar, 2005) [14].

Mientras que los migradores son silenciosos, el reclamo principal es un pii-iou­ lastimero y de largo alcance como método de contacto entre las parejas y se realiza de un modo más excitado en exhibiciones aéreas. No obstante, variantes de este reclamo son observadas en situaciones de amenaza o advertencia a otros ejemplares [15].

Debido a los tendidos eléctricos, el uso de plaguicidas, su caza ilegal o el expolio de pollos se han realizado medidas de acción para evitar el declive de la abundancia actual que presenta esta robusta rapaz por lo que, aunque se persiste con sus medidas de conservación, esta especie se encuentra en aumento poblacional [16, 17].


Águila pescadora (Pandion haliaetus)
El Águila pescadora (Pandion haliaetus) es una rapaz de tamaño medio, adaptada para la pesca, por ese hecho, presenta diversas adaptaciones como la reversibilidad del dedo exterior permitiéndole agarrar a los peces con dos dedos anteriores y dos posteriores. Además, sus garras tienen protuberancias interiores para evitar el deslizamiento de las presas, también consta de válvulas nasales que ayudan durante las zambullidas.

Existe dimorfismo sexual entre hembras y machos, tendiendo la hembra a ser de mayor tamaño con respecto a la masa corporal. En cuanto a la coloración, los machos suelen ser más pálidos en el pecho, las partes superiores de ambos géneros son de un color marrón oscuro y las inferiores de un color blanco. Los jóvenes en su primer año se identifican por presentar un plumaje moteado y los ojos de color anaranjado.

Esta especie, dada su especialidad en la captura de peces, su hábitat presenta una estrecha relación con lugares acuáticos con abundancia de presas, para ello, tienen que ser aguas cristalinas poco profundas, a pesar de esto, este predador no es exigente en cuanto a la selección de su territorio de pesca.

Podemos encontrarla tanto en sistemas acuáticos continentales como en hábitats marinos. Poblaciones más o menos sedentarias las presentes en zonas tropicales como las que albergan en el territorio macaronésico, seleccionan zonas marinas nidificando en la costa, preferentemente en acantilados, pero en zonas tranquilas pueden instalar sus nidos en rocas y vegetación. En zonas como en las islas de Cabo Verde llegan a utilizar palmeras como punto de nidificación (Ontiveros, 2003; Palma et al., 2004).

Adentrándonos en la etología de la especie (comportamiento), en relación a la voz, el águila pescadora utiliza la mayoría de las vocalizaciones durante la época reproductora, cerca de los territorios de nidificación, identificando hasta ocho sonidos, que abarcan desde gritos de alerta, llamada y defensa, excitación, además de sonido de los pollos tanto de defensa como de petición asociados a figuras posturales (Thibault, 2001).

Identificamos el grito de alarma con un “ik ik ik”, su función suele ser atraer a la pareja, conoceremos el sonido de defensa por un característico “ tioop tioop tioop” seguido del grito de excitación “iii iii iii” (Poole, 1989).

En relación a la ecología trófica, se alimentan exclusivamente de peces, tanto de agua dulce, salada y salobre, aunque se han observado capturas diferentes (Poole, 1989) siendo excepcional o accidental. Los nidificantes sedentarios característicos de la Macaronesia pescan fundamentalmente en aguas salobres y saladas durante la época reproductiva.

Durante el vuelo de pesca, ciclea y se cierne a poca distancia del agua, una vez localizada la presa se lanza sobre ella en picado. Una vez la captura, la transporta hasta el nido o un posadero favorito.


Reproducción

Desde Febrero, puede verse las parejas ocupando el territorio de nidificación, incluso en Canarias un poco antes. El nido es un cúmulo de ramas secas que va aumentando año tras año, tras instalarse, comienza el cortejo con vuelos nupciales y reclamos por parte del macho.

La puesta, en zonas tropicales se realiza en invierno, adelantándose 15 días en Canarias, consta de 3 huevos con intervalos de dos a tres días.

Interacción con otras especies
En las Islas Canarias, la presión ejercida por la gaviota patiamarilla (Larus michaelis), durante la reproducción, puede ocasionar estrés en los adultos (González et al., 1992: Triay, 1993; Thiboult et al., 2001; Siverio 2003) además del intento de “robar” las presas durante la travesía al nido.


Conservación
En España, las estimas poblacionales durante la primera mitad del siglo XX son de entre 72 y 97 parejas (Triay y Siverio, 2002), pero durante las siguientes décadas sufrió un importante proceso de recesión llegando a principios de los años 1980 a 16-24 parejas, habiéndose extinguido en la península Ibérica, y las islas de Ibiza, Formentera, La Palma, Gran Canaria y Fuerteventura (González et al., 1992). Los principales motivos fueron la persecución directa y la destrucción del hábitat. A finales de la década de 1980 empezó un proceso de ligera recuperación en las Canarias (Triay, 1993) [18] .


 
Águila pescadora en vuelo (Pandion haliaetus), Reserva El Fraile (Arona, Islas Canarias 2011)
Foto: Rubén Barone


 Águila pescadora en un posadero (Pandion haliaetus), Islote Raso (Cabo Verde 2010) 
Foto: Rubén Barone


Lechuza común (Tyto alba sub. gracilirostris y sub. alba)
La amplia distribución de la Lechuza Común a nivel mundial, aumentada en ocasiones con su introducción como controlador biológico de roedores en ciertas regiones, hace que sea una de las aves terrestres más extendidas del planeta, llegando a ser considerada cosmopolita. En los archipiélagos de la Macaronesia, los más meridionales del Paleártico occidental, encontramos razas endémicas en los de Madeira, Canarias y Cabo Verde, todas ellas descritas por Ernst Hartert a principios del siglo XX. En aquella época, para las dos subespecies en Canarias, se tenían en cuenta especialmente las diferencias morfológicas y biométricas; así pues, en el caso de la descrita para las Canarias orientales (T. a. gracilirostris), las características principales fueron su pequeño tamaño, el pico mucho más delgado y una coloración del plumaje más oscura en general. La nueva raza fue comparada con otras que ya habían sido estudiadas, entre ellas la nominal (T. a. alba) que, aparte de su distribución por varias regiones europeas y el norte de África, también se conocía en las islas centrales del archipiélago (Tenerife y Gran Canaria).

Por lo general, la Lechuza Común es conocida en la mayor parte de su distribución mundial por sus preferencias antropófilas, ya que suele afincarse en zonas habitadas, sobre todo las rurales, aprovechando el refugio que le brindan las edificaciones. En Canarias, sin embargo, apenas se tienen datos sobre la ocupación de construcciones humanas, y el hábitat típico lo constituyen los barrancos y escarpes de las zonas bajas, en los que encuentra numerosas cavidades (grietas, tubos volcánicos, etc.) adecuadas para la cría. Estos enclaves suelen estar más o menos próximos a los cultivos, donde proliferan las presas principales que componen su alimentación, los ratones y las ratas (Martín et al., 1985; Martín & Machado, 1985) [21].


Reproducción

El ciclo reproductivo comienza con gran actividad vocal vinculada al cortejo, lo que da paso a que más tarde se inicie la puesta, generalmente en febrero y marzo por lo que se ha comprobado en Tenerife y Lanzarote (Concepción, 1992; Siverio & Carrillo, 1993). El periodo de incubación se prolonga unos 30 días y, después de la eclosión, los pollos permanecen en la en el nido alrededor de 60 días antes de abandonarlo.


Referencias pretéritas

Los primeros datos aparecidos en los trabajos de varios naturalistas extranjeros que visitaron las islas durante el siglo XIX, son muy puntuales, las pocas posibilidades que tenían para efectuar prospecciones nocturnas en la isla que visitaron. Las referencias más antiguas sobre lechuzas en relación a las islas orientales se deben a (Hartert, 1905). Este autor, no tuvo oportunidad de visitar Canarias pero pudo describir una nueva subespecie por medio de especímenes colectados en 1904 por el austríaco Johann Polatzek en Fuerteventura y Lanzarote. No obstante, las nuevas aportaciones no verían la luz hasta fechas recientes y, algunas veces, han surgido después de un gran espacio temporal falto de información, como los nuevos datos sobre distribución en las islas orientales de Delgado et al. (1992). Por último, no hace demasiado tiempo que se confirmó por primera vez su nidificación en El Hierro (Martín & Machado, 1985) y Gran Canaria (Trujillo, 1989). Los socavones producidos por la extracción de picón son lugares muy idóneos para el asentamiento de lechuzas y otras aves rapaces; sin embargo, este hecho no justifica la destrucción generalizada de los enclaves geológicos, así como su presencia en La Palma (Trujillo & Rebolé, 1988) y La Gomera (Siverio et al., 1999) [19].


Localización acústica
La lechuza (Tyto alba) puede localizar presas durante la noche con total oscuridad usando únicamente el sentido del oído, con la capacidad de cometer un error de menos de un grado con respecto a ambos planos, horizontal como vertical.

Experimentos realizados con un altavoz de 5 KHz oculto, nos muestra como la rapaz dependen de frecuencias de sonido por encima de ese valor para localizar su presa. Se ha comprobado que para frecuencias de 5-8 KHz, el oído es sumamente direccional, siendo esas frecuencias, regiones de alta sensibilidad, que se dirigen hacia los oídos modificando los patrones de sensibilidad direccional de estos mediante la reordenación de las regiones de máxima sensibilidad.

Con esta teoría, explicamos como la lechuza (Tyto alba) podría localizar la posición de una fuente de sonido moviendo la cabeza hasta comprender un sonido complejo [20].

En el siguiente vídeo, proporcionado por el canal de BBC earth, podemos observar la capacidad de sigilo que presenta este tipo de rapaces nocturnas:



 
Factores de amenaza
 Sin lugar a dudas, la destrucción a que se han visto sometidas las islas, especialmente Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote, ha conllevado la pérdida de zonas idóneas para el asentamiento de las lechuzas y otras aves. A pesar de ello, ha sido una especie que en muchas ocasiones se ha adaptado a este cambio, aprovechando las excavaciones en conos volcánicos, u otro tipo de canteras con gran impacto en el medio, para afincarse sin el menor problema. La presión humana sobre la especie puede que todavía represente un factor de amenaza, pero no existen datos cuantitativos que demuestren sus consecuencias reales. Se ha confirmado su electrocución en tendidos eléctricos (Lorenzo, 1995), y se sospecha que muchas aves se ven afectadas por los venenos (Carrillo & Delgado, 1991), que constantemente se vierten de manera indiscriminada en el campo [19].


Lechuza común (Tyto alba) en vuelo
Foto: Barn Owl, Flickr CC BY 2.0


Autores: Víctor Díaz y Sergio Hernández
Traductor: Víctor Díaz


REFERENCIAS

[1, 5]: Las aves rapaces de la Macaronesia.

[2]: Natura 2000 en la región Macaronésica.
 
[3]: Brezales macaronésicos endémicos.
 
[4]: Hoy han comenzado las jornadas medioambientales de la Isla Baja.

[6]: Trujillo, D. (2009). El milano negro logra reproducirse en Canarias. Quercus. (286): 48-49.

[7]:  Macaronesia.
 
[8, 17]: Buteo buteo.

[9]:  Eurasian buzzard (Buteo buteo). Handbook of birds of the world.

[10]: Buteo buteo.
 
[11, 12, 14, 15, 16]: Tapia, L. (2010). Busardo ratonero – Buteo buteo.

[13]:  Busardo ratonero (Buteo buteo).

[18]: Triay, R. (2010). Águila pescadora (Pandion haliaetus).

[19]: Siverio. F (2002). La lechuza común en las Islas Canarias,un poco de historia, subespecies, ecología y factores de amenaza.

[20]: Roger S. Payne. Journal of Experimental Biology. Acoustic Location of Prey by Barn Owls (Tyto Alba).

[21]: Martín. A, Machado. A (1985).Nidificación de la lechuza común (Tyto alba) en la isla de El Hierro, datos sobre su alimentación.

Palacios Palomar, C. J. (2005). El ratonero común (Buteo buteo insularum) en Fuerteventura, islas Canarias (Aves, Acciptridae). Pp.: 1-7.

Palomino, D. y Valls, J. (2011). Las rapaces forestales en España. Población reproductora en 2009-2010 y método de censo. Seguimiento de aves de SEO/BirdLife. (32): 81-88.

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