viernes, 3 de marzo de 2017

Termina una experiencia de aprendizaje compartido: Proyecto Lanius

Fotos: Proyecto Lanius


TERMINA UNA EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE COMPARTIDO: PROYECTO LANIUS


“Aquellos maravillosos fines de semana…”

Les ofrecemos un relato hiperbreve realizado por los participantes en el equinoccio del primer periodo de trabajo en julio 2016, donde utilizando algunas palabras claves como: elefante, sombras, perplejo/a, cómodo/a, guiso, miedo, piedra, cuerda y cantos construyen una pequeña historia enmarcada en una de las actividades realizadas dentro del proceso de evaluación continua que pretendió recoger información acerca de la aceptación y dinamización de las acciones propuestas y la satisfacción de los destinatarios.


HIPERBREVE

Estaba muy cómoda en casa cuando me enteré de que había sido seleccionado/a para el Proyecto Lanius. ¡Me quedé perpleja! ¡Qué suerte tener una oportunidad así!

Al llegar a la primera reunión conocí a mis futuros/as compañeros/as y me di cuenta de que todos/as anhelábamos formar parte de algo grande; y nos propusieron algo enorme, tanto como el Teide o más. Punto de encuentro: Viernes ocho de abril, 17:00 horas, Parque Cultural Doña Chana, La Orotava. Ahí estaba Marcelo con la guagua, esperándonos, guagua que cargamos con nuestras mochilas de nervios y miedo, pero también de ilusiones y bizcochones. Tras un viaje de mareo y bruma por Aguamansa llegamos a nuestro destino (altura aproximada 2000 m.s.n.m.), donde nos esperaba nuestro anfitrión principal: El Parque Nacional del Teide. 

Allí nos encontrábamos diez desconocidos, compartiendo deberes y placeres. Y uno de los mayores placeres, la comida. ¡Entonces nos dimos cuenta que para alimentar a esta gente hacía falta un elefante! El primer día de campo tocó censo y disponibilidad de alimentos, ¿seré capaz de hacerlo? Antes pensaba que no y ahora sé que sí soy capaz. Al principio sólo veía piedras y sombras en Las Cañadas del Teide, pero poco a poco el miedo desaparecía e iba reconociendo el canto de nuestro pequeño amigo el “guerrerillo” (pan chichi pan chichi pan).

Unos a otros nos íbamos echando una cuerda en lo que hiciera falta, para tirar hacia adelante cual bien nutrido elefante, ¡vaya equipazo! En definitiva, estamos aprendiendo mucho en este recorrido y una cosa tenemos clara, ¡aquí, el que no se busca el guiso, está perdido, compadre! 

Concluimos así, con este breve relato un intenso periodo de trabajo, donde pretendemos en unos meses presentar los resultados científicos y sociales de este apasionante proyecto. Agradecer a todas las personas que nos han seguido a través de las redes sociales su constante apoyo y afecto. 

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