Llegó el viernes y el equipo Lanius esperaba con ansias subir al Parque Nacional del Teide. No importaba lo cansados/as que estuviéramos de la rutina y el ajetreo de la semana, sólo teníamos un objetivo: poder disfrutar de unas jornadas de fin de semana rodeados de una naturaleza única, la que nos ofrece el parque.
Como de costumbre, lo primero que hicimos al llegar fue encender el fuego y organizar las tareas. Cenamos muy cerca de la chimenea, ya que el invierno se acerca y el frío cada vez va calando más en nosotros/as. Tuvimos la visita sorpresa de la compañera Gesa, que se encontraba cerca de estos parajes realizando algunas labores de trabajo.
Después de cenar decidimos “arrepollinarnos” (sentarse con toda comodidad) cerca del fuego. Esta vez dejamos las cartas a un lado e improvisamos un pequeño teatrillo para echarnos unas risas con un juego de mímica. Después de convertirnos durante un rato en pequeños actores y actrices dimos paso a una amena tertulia antes de acostarnos…
SÁBADO
Suena nuestro particular despertador, Yurena, son las 6:00 de la mañana. Nos pusimos en pie para dar comienzo la jornada del sábado. Nos dirigimos a la Montaña El Cedro y allí estaba él, oteándonos como un verdadero vigía desde lo alto de una escarpada montaña, el halcón de Berbería o Tagarote.
Al igual que el Tagarote, nosotros teníamos también los ojos bien abiertos y el oído muy agudizado para poder empezar la jornada de trabajo oteando y escuchando la avifauna. Nos esperaban a lo largo del recorrido bisbitas, herrerillos, mosquiteros, alcaudones…
Satisfechos por realizar un estupendo trabajo, al término del censo y del muestreo para averiguar la disponibilidad de alimento, visitamos el museo etnográfico Juan Évora. Este, fue el último poblador que de forma tradicional y constante habitó la zona sur del Parque Nacional del Teide.
A mediodía y bajo la sombra de unos pinos (como dice la canción) almorzamos y compartimos momentos de risas. Bajo un sol radiante retomamos nuestras tareas y nos dispusimos a poner trampas para poder capturar bisbitas y alcaudones, montar redes y dejar preparadas las trampas para mosquitos para el día siguiente.
El tiempo pasa rápido y llegó el atardecer sin darnos cuenta, regresamos a nuestro particular bunker, donde nuestras compañeras/ros Isa, Sergio y Janis nos tenían preparada la cena. Arrepollinados cerca del fuego, pudimos disfrutar de una sobremesa con un impresionante documental del cineasta canario Pedro Felipe Acosta: “Canarias a la sombra de los volcanes”, una gran película que sin lugar a dudas nos dejó a todos sin palabras.
La compañera Miry, que es miembro de la Asociación Abeque, nos impartió una interesante charla sobre el control del rabo de gato, biodiversidad y conservación en el Parque Rural de Teno. Una tertulia que fue muy animada y enriquecedora.
Se hizo tarde y llegó la hora de irse a la cama, pero no sin antes enterarnos del gran bombazo informativo que nos tenía preparado nuestra querida compañera Carmen (había una pareja en el grupo). Después de un silencio sepulcral tras habernos lanzado, según ella, el mega bombazo informativo del día, explotamos de risas… ya que ni era un bombazo, ni un secreto, ni nada parecido… todos sabíamos y estábamos al tanto de su novedosa noticia.
DOMINGO
Sonó el despertador muy temprano, como de costumbre y de nuevo nos pusimos en pie para ir a abrir las redes que habíamos dejado montadas la tarde anterior en Montaña del Cedro. Al igual que nosotros, ellas (las aves) también tenían frío… anillamos canarios, pinzones y herrerillos, que fueron el broche final de las jornadas de trabajo de otro fantástico fin de semana. Nos marcharnos a casa con una sonrisa y la sensación de haber seguido aprendiendo muchísimo, recapacitando sobre la enriquecedora y gran experiencia que me está regalando el Proyecto Lanius.
Decimos adiós de momento, nosotros seguiremos estando ahí, aprendiendo, saliendo al campo… pero no será hasta enero del próximo año, cuando regresaremos para disfrutar de nuestro padre Teide.
Como el Negro dice… (Rubén, nuestro compañero) hasta el “Lanius que viene”.
Fotografía y texto: Sonia Mª Ramos
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