domingo, 18 de diciembre de 2016

Origen de la Isla de Tenerife y nacimiento del Parque Nacional del Teide

Foto: El coleccionista de instantes, Flickr CC BY-SA 2.0 


El Origen de la Isla de Tenerife y nacimiento del Parque Nacional del Teide

Abstract

Tenerife, a pesar de su pequeña extensión, contiene la cumbre más alta de España: 3.718 metros en el pico del Teide. Lo más correcto sería decir que la altura absoluta de la isla es de unos 7.718 metros desde el fondo del océano, el nivel desde el cual se ha producido a lo largo de millones de años la acumulación de materiales volcánicos. El Parque Nacional del Teide se sitúa en la parte más joven y elevada de la isla, presentando espectaculares manifestaciones de creación de nuevo relieve que coexisten con otras de destrucción del mismo.

Keywords: Tenerife, Teide, Pico Viejo, volcán, Rift, Cañadas


ORIGEN DE LA ISLA DE TENERIFE

La isla de Tenerife se ha formado por la yuxtaposición de varios volcanes en escudo (en esta isla no aflora la parte de construcción submarina, la cual sí lo hace en islas como La Palma y Fuerteventura). El edificio principal y núcleo de la isla de Tenerife es el Escudo Central, que se formó hace unos 12 a 8 MA; a este escudo se adosaron más tarde los escudos volcánicos de Teno (6,5 a 5 MA) situados al oeste, y Anaga (3,5 a 5 MA) al este. La actividad eruptiva del Escudo Central parece que se interrumpió mientras se levantaban los macizos de Teno y Anaga.


Macizos de Anaga, Teno y Adeje 


Una vez construidos los tres escudos volcánicos, la actividad eruptiva se reanudó hace unos 3,5 MA, pero sólo en el edificio central, que tras unos 5 MA de inactividad, estaba muy desmantelado por la erosión y, probablemente, por deslizamientos gravitatorios. En esta fase final de rejuvenecimiento post-erosivo se levantó el volcán Las Cañadas, un volcán de unos 40 km de diámetro y unos 3000 metros de altitud, en el que se alternaron erupciones basálticas fisurales con un volcanismo central muy explosivo.

Hace unos 200.000 años, el flanco norte de este edificio colapsó, generando una espectacular depresión calderiforme de 20 x 15 km, y una altura de escarpe de casi 3000 metros (La Caldera de Las Cañadas). Este colapso lateral marca el límite espacial y temporal del volcanismo que constituye la última fase eruptiva de Tenerife, en la que se levanta el complejo volcánico del Teide.


Las Cañadas del Teide


¿QUÉ ES UN ESTRATOVOLCÁN?

Se trata de un tipo de volcán cónico de gran altura que, como su propio nombre indica, está compuesto por capas o estratos de lava endurecida, piroclastos alternantes (surgidos por una alternancia de épocas de actividad explosiva y de corrientes de lava fluida) y cenizas volcánicas. Estos volcanes tienen, como característica principal, un perfil escarpado y erupciones periódicas y de carácter explosivo. La lava que fluye desde su interior es altamente viscosa y se enfría y endurece antes de que pueda llegar lejos, emitiéndose tanto magmas ácidos como básicos.


 Esquema de un estratovolcán
Imagen: Luis María Benítez, Wikimedia Commons CC BY-SA 3.0


COMPLEJO VOLCÁNICO ANIDADO DEL TEIDE

El aparato volcánico del Teide está formado por un sistema de dorsales o rifts y el volcanismo central anidado en la caldera de colapso (formado por el propio Teide, Pico Viejo, y los domos periféricos). Todos estos elementos están estrechamente relacionados y no es fácil establecer una separación clara entre ellos. Este tipo de volcanismo, posiblemente único en las islas volcánicas de intraplaca, se ha generado en cuatro procesos principales:

-En el límite de estabilidad del volcán Las Cañadas, y posiblemnte debido al efecto de cuña de las inyecciones de diques en los rifts NO y NE, se produjo el colapso de su flanco norte hace unos 200.000 años.

-Hace 22-115 ka, comienza a desarrollarse un volcán de rápido crecimiento en el centro de la depresión, alimentado por el intenso volcanismo de los rifts, y sus lavas basálticas van rellenando parcialmente la cuenca de deslizamiento. La despresurización originada por el colapso, favoreció la concentración del volcanismo en las etapas iniciales en el interior de la depresión, con magmas similares a los de los rifts.

-Al crecer el edificio central (hace 115-30 ka), las erupciones más espaciadas y los tiempos de residencia más prolongados, inducen la diferenciación de los magmas relacionados con los rifts en las cámaras superficiales. Esos magmas se van diferenciando por cristalización fraccionada al emplazarse el magma en cámaras más superficiales, levantándose entonces el estratovolcán Teide casi como lo conocemos hoy. En esta fase predominan lavas intermedias (traquibasaltos).

-Finalmente (hace 30-0ka), la creciente altura del edificio volcánico que hoy constituye el Teide dificulta el ascenso del magma al cráter sumital, favoreciendo la formación de domos y domos-colada en la base del estratovolcán. Lo que predominan en esta fase son las coladas fonolíticas. El Teide llegó a su altura crítica y sólo tuvo una erupción más (las Lavas Negras, 1150 años BP) produciéndose erupciones de flanco que dan lugar al Pico Viejo y, finalmente, a los domos periféricos. Esta interdependencia de los rifts, que son el motor del proceso, y los edificios centrales diferenciados, que son su consecuencia, establece un sistema bimodal, con magmas profundos y primitivos (basálticos) en el extremo distal (que es el más apartado de la cuenca de deslizamiento), y magmas de emplazamiento somero y diferenciados (fonolíticos) en el centro.   


Tenerife especificando la localización de los Rift NE y NO
Foto: NASA


COMPLEJO VOLCÁNICO CENTRAL

Es importante tener en cuenta que la mayor parte del Teide, concretamente toda su base, está oculta en el fondo de la depresión de colapso, recubierta por las formaciones más jóvenes.

Hace unos 30.000 años, el estratovolcán superó los 3500 metros de altura, momento que parece coincidir con la reorganización del sistema volcánico culminando el Teide su etapa principal de desarrollo. La actividad eruptiva principal se desvía posteriormente hacia la formación del estratovolcán Pico Viejo, la reanudación de las erupciones en los rifts NO y NE, y a la formación de domos en el perímetro basal del complejo central.

El crecimiento del estratovolcán es el factor decisivo en esta reorganización, debido a la progresiva dificultad en la alimentación al crater sumital del volcán ya que el magma, material fluido y muy pesado, requiere para su ascenso un empuje correlativo a la altura de la columna del conducto eruptivo.


Complejo Teide Pico Viejo visto desde el espacio
Foto: NASA


ERUPCIONES HISTÓRICAS EN TENERIFE

En Tenerife el vulcanismo histórico ha sido de tipo estromboliano. Las erupciones estrombolianas se asocian a la emisión de magmas basálticos fluidos en los que los gases ascienden hacia la superficie formando burbujas que explota a intervalos regulares mientras el magma se mantiene en reposo. Las erupciones estrombolianas se caracterizan por la emisión de bombas, escorias de variado tamaño y apariencia, y lapilli y cenizas que forman conos de piroclastos regulados en su extensión y altura por el valor del ángulo de reposo de las capas que forman sus laderas. Estas erupciones emiten columnas eruptivas que no alcanzan alturas considerables. 

Han sido erupciones temporalmente cortas, con emisiones a pulsos, en intervalos de pocos segundos a minutos. Emitieron magmas fluidos ricos en hierro y escaso sílice, mediante una actividad fundamentalmente efusiva, con abundantes coladas y explosiones moderadas. Al durar tan poco la erupción, las coladas han solidificado cerca de los focos de emisión. De esta manera, el magma ha llegado en pocas ocasiones al mar, por lo que al solidificarse, se ha ido acumulando aumentando la envergadura de la Isla y reorganizando el espacio geográfico afectado.

El número de erupciones históricas en el Archipiélago no ha sido muy abundante, pero en Tenerife se han dado buena parte de ellas. Hay que tener en cuenta que la mayoría del vulcanismo se produce en los fondos submarinos cercanos a las Islas y se detecta a través de la actividad sísmica. Dicha actividad se ha dejado sentir entre Tenerife y Gran Canaria desde 1989, y parece estar relacionada con la actividad volcánica submarina del llamado Volcán de Enmedio o del Medio, un monte submarino de 500 m de altura. Se cree que hay relación con la falla existente entre ambas Islas y también con el movimiento sísmico que se produjo en 1989, de intensidad 5 en la escala Richter y cuyo epicentro se localizó en esta zona.

Existen múltiples referencias históricas sobre fenómenos eruptivos en la Isla, pero no todos se basan en la realidad, por lo que es un tema que hay que tratar con mucha cautela. 

En los siglos XIV y XV se dieron las primeras erupciones históricas según referencias de marinos vizcaínos que lo anotaron en sus diarios, en los años 1341 y 1393-1394.

En 1430 se sabe, por referencias guanches, que hubo otro periodo eruptivo en la zona del valle de La Orotava (Taoro), aunque no ha sido localizada con exactitud. Se cree que se dio a través de tres bocas eruptivas diferentes: la montaña de las Arenas o de la Horca, montaña de los Frailes y montaña de Gañanías.

En 1492 quedó registrada una erupción cuando las tres carabelas de Colón pasaron por esta zona en dirección hacia América. Pudo tratarse de una erupción cercana al Teide, manifestándose en las laderas de suroeste de Pico Viejo. Posiblemente fue montaña Reventada y montañetas Negras, aunque también se piensa que pudo suceder en el cono superior y en el cráter actual.

El siglo XVIII fue muy activo, comenzando la actividad el 31 de diciembre de 1704 con la erupción del volcán de Siete Fuentes, con una duración de 13 días. Entre el 5 y el 13 de enero de 1705, entró en erupción el volcán de Fasnia, durando sólo 8 días. El 2 de febrero del mismo año, comenzó la erupción de volcán de Arafo, cuya erupción se prolongó durante 24 días.

Estas tres erupciones tuvieron lugar en la Dorsal de la Esperanza o de Pedro Gil, formando conos volcánicos en una línea de 12 kilómetros. Cabe citar un hecho curioso que se produjo tras estas erupciones: se dice que el obispo de Tenerife de esa época, preocupado por la desesperación de la población decidió actuar. Observó que las erupciones se iniciaban en días relacionados con la religión cristiana (fin de año, víspera de los Reyes Magos y el día de La Candelaria respectivamente), y que entre ellas había un corto intervalo de tiempo. Esto le llevó a pensar que los montes de la Isla estaban poseídos por una fuerza maligna, por lo que subió ellos para realizarles un exorcismo.

Un año después, del 5 al 14 de mayo de 1706, en la Dorsal de Teno, se produjo la erupción del Volcán de Arenas Negras o Trevejo, que aunque duró sólo 9 días, derramó sus coladas hacia el mar por el cauce de un barranco de gran inclinación, arrasando el antiguo pueblo y el puerto de Garachico.

Las últimas erupciones acaecidas en la Isla han sucedido cerca del Edificio Central. Una de ellas fue la del volcán de Chahorra o Narices del Teide, en un lateral de Pico Viejo, que entró en erupción entre el 9 de junio y el 8 de septiembre de 1798. La lava que emitió fue de composición basáltica, tipo pahohoe, continuas, muy fluidas y a elevadas temperaturas.

La última erupción registrada en Tenerife fue la del volcán Chinyero, en noviembre de 1909. Sucedió también cerca de la zona del Edificio Central, en la Dorsal de Teno y fue una erupción corta que duró sólo diez días. 


Autora: Melania Fructuoso
Traductor: Víctor Díaz


REFERENCIAS

Carracedo, J. C. (2008). El Teide y las Dorsales de Tenerife: un sistema volcánico interactivo. Geo-Guías, 4: 155-181.



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