Foto: Nicolás Martín
El Parque Nacional del Teide alberga una fauna, especialmente la invertebrada, de gran interés científico por su exclusividad y características biológicas y ecológicas. La fauna vertebrada, a pesar de no ser muy rica, tiene representantes de mamíferos, aves y reptiles que han logrado adaptarse a los rigores climáticos de la alta montaña.
La avifauna se compone de una veintena de especies, pero de ellas aproximadamente la mitad se reproducen en él de forma habitual. Una de las aves más frecuentes y de fácil observación en Las Cañadas es el cernícalo vulgar, una pequeña rapaz muy abundante en Canarias y perfectamente adaptada a la alta montaña, donde se alimenta principalmente de lagartos e insectos. Mucho más escaso es el halcón tagarote, que se alimenta exclusivamente de aves; una de sus presas principales es la paloma bravía, que nidifica en los roquedos de Las Cañadas.
El alcaudón real caza insectos, reptiles e incluso otras aves que a menudo ensarta en matorrales espinosos a modo de despensa. El resto de paseriformes son el mosquitero canario, la curruca tomillera, la curruca cabecinegra, el herrerillo africano y el canario ligados en general a los matorrales. Como ave más emblemática del parque está el pinzón azul, otro endemismo que, si bien prefiere los bosques, acude con frecuencia a lugares abiertos donde existan manantiales o bebederos. El vencejo unicolor surca el cielo del Parque mientras se alimentan en el aire, y el bisbita caminero, que suele corretear por parajes abiertos.
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