miércoles, 1 de junio de 2016

Aprendiendo a aprender



Vídeos: Proyecto Lanius

Tradicionalmente se ha intentado acercar la ciencia a la ciudadanía a través de experiencias no demasiado exitosas. En las últimas décadas estamos asistiendo a un auge de nuevas propuestas metodológicas para conseguir involucrar a las personas desde la acción. 

La ciencia ciudadana llega con fuerza para establecer nuevos vínculos entre científicos, ciudadanos y medio ambiente, un concepto, citizen science, acuñado por Rick Bonney, director del Cornell Lab of Ornithology, y que define la participación pública en la producción de conocimiento científico. En cierto modo, poniendo sobre la mesa esta manera de hacer ciencia y apostando por ella, contribuimos a democratizarla. 

Dar validez y rigor a los datos que toman la gente corriente es uno de los leitmotiv de la ciencia ciudadana y que la diferencia en gran medida de algunas iniciativas más enmarcadas en el mundo de la educación ambiental. 

Resulta evidente que hacer participar a voluntarios cargados de motivación en proyectos que generan datos que no serán tenidos en cuenta genera a la larga una cierta desafección. La clave para evitarla y para ser más eficientes, es generar metodologías basadas en la participación ambiental, que sean bastante simples para que no requieran conocimientos previos exhaustivos y que, sobre todo, generen datos con rigor, que puedan servir a los investigadores, a las entidades promotoras del estudio o a la administración. 

Con esta visión de red, de investigadores motivados y atentos por todo el territorio, contribuimos a multiplicar el conocimiento y entender mejor aquello que está a nuestro alrededor.

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