viernes, 10 de junio de 2016

Impactos ambientales en la Reserva Natural Especial del Malpaís de La Rasca

Figura 1: Mapa de localización de la Reserva Natural Especial de La Rasca
Elaboración: Isabel Esquivel Sigut


The Special Nature Reserve "Malpaís de la Rasca"

Abstract

The Special Nature Reserve "Malpaís de la Rasca" stands out for its natural features: geomorphological and both floristic and faunistic. This area has suffered the effects of human activity which have changed the territory. Mainly the hotel construction and the outline and overuse of dirt tracks. Also sand and gravel extraction and the disposal of waste products.

Keywords: Malpaís de la Rasca, Environment, Environmental impactm, Protected area.


Impactos ambientales en la Reserva Natural Especial del Malpaís de La Rasca
La Reserva Natural Especial del Malpaís de La Rasca fue declarada como tal por la Ley 12/1994 de 19 de diciembre, de Espacios Naturales de Canarias. Se localiza en el sur de la isla de Tenerife en el municipio de Arona (Figura 1).

Desde el punto de vista climático, las escasas precipitaciones en la zona, junto con las elevadas temperaturas e insolación (bajos niveles de nubosidad), dada su ubicación en el extremo más meridional de Tenerife, dota a la Reserva de un clima árido. 

Geológicamente, los elementos más sobresalientes son los conos volcánicos de naturaleza estrombroliana, Montaña Grande (o Gorda), Aguzada, La Caraba y Pardela, alineados con una dirección NNE – SSO. Las coladas basálticas y traquibasalticas forman la morfología de la reserva en aquellas partes en las que el territorio no ha sido roturado para el cultivo o para las construcciones.

Montaña Grande es la mayor altitud y tamaño del conjunto de conos volcánicos que se encuentran en la Reserva, además funciona como eje vertebrador del espacio por su ubicación casi central.

Otro elemento destacado es Montaña Aguzada, cuyo origen freatomagmático dio lugar a una caldera interior, donde se acumulaba el agua de la lluvia dando lugar a una pequeña laguna. Posteriormente fue desecada para uso agrícola, recibiendo el nombre de La Laguneta.  

Las condiciones climáticas junto con la presencia de costa son la consecuencia de que la vegetación presente en el Malpaís de la Rasca esté ligada a las especies halófilas y al piso del cardonal–tabaibal.

El cinturón halófilo costero, está situado en la zona más próxima a la costa con una fuerte influencia de spray marino. Las especies vegetales presentes se caracterizan por su capacidad de resistencia a las elevadas concentraciones salinas, son ejemplares de pequeño porte con hojas normalmente suculentas. Destacan: lechuga de mar (Astydamia latifolia), tomillo marino (Frankenia capitata), siempreviva (Limonium pectinatum) y uva de mar (Zygophyllum fontanesii).

El cardonal se encuentra en algunos islotes sobre un sustrato rocoso, aunque en la zona donde se encuentra mejor conservado se sitúa en las cercanías del Faro de la Rasca, y en las proximidades de la carretera asfaltada al faro. Otras zonas a destacar, son en los diferentes conos volcánicos de Montaña Grande, La Caraba y en el borde del cráter de Montaña Aguzada. Las especies acompañantes del cardonal (Euphorbia canariensis) más destacadas son: tabaiba amarga (Euphorbia lamarckii), tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera), cornical (Periploca laevigata), salado blanco (Schizogyne sericea), leña buena (Neochamaelea pulverulenta), esparraguera (Asparagus arborescens). Entre la fauna invertebrada asociada a estas especies podemos destacar los coleópteros: Lepromoris gibba (escarabajo longicornio) y Pelleas crotchi.

Tabaibal dulce se observa en bastantes zonas del malpaís, aunque los enclaves donde presenta una excelente conservación corresponden a las laderas más soleadas de Montaña La Caraba y Montaña Grande.  Las especies acompañante de la tabaiba dulce: verode (Kleinia neriifolia), cardoncillo (Ceropegia fusca), gualdón (Reseda scoparia), cornical (Periploca laevigata), salado (Schizogyne sericea), espino de mar (Lycium intricatum) y romero marino (Campylanthus salsoloides). En la fauna invertebrada de las tabaibas, destacar la oruga (Hyles euphorbiae) y el coleóptero Stenidea albida.

Destacar la presencia de una comunidad de incienso (Artemisia ramosa) en el cráter del cono volcánico de Montaña La Caraba. Las poblaciones de esta especie endémica existentes en el Malpaís de la Rasca, son las más importantes de Tenerife. 

En cuanto a las especies invasoras más destacadas en la Reserva, encontramos: tunera salvaje (Opuntia dillenii) y el bobo (Nicotiana glauca). 

También son importantes la barrilla (Mesembryanthemum crystallinum) y el cosco (Mesembryanthemum nodiflorum), que se cultivaron para la obtención de la sosa, vidrios y ciertos tejidos en los sigos XVIII y XIX,  actualmente ocupando una gran extensión en la Reserva.

La fauna que predomina en el Malpaís de la Rasca, no es específica de la Reserva, sino propia de los ambientes xerófilos de la isla de Tenerife. 

Destacan las especies de invertebrados endémicos asociados a los cardones y a las tabaibas citados anteriormente. Además de un gran coleóptero Pimelia canariensis endémico de la isla de Tenerife, presente en algunas zonas de la Reserva, cercanías de Montaña Grande y La Caraba.  

Entre los vertebrados destacan los reptiles: el lagarto tizón (Gallotia galloti), la lisa (Chalcides viridanus) y el perenquén (Tarentola delalandii), los tres endemismos canarios. En el grupo de las aves, podemos encontrar: bisbita caminero (Anthus Berthelotii), la curruca tomillera (Sylvia conspicillata), mosquitero canario (Phylloscopus canariensis), perdiz moruna (Alectoris barbara koenigi) entre otras características de las zonas bajas. También se pueden se pueden observar, aunque menos frecuentes, la abubilla (Upupa epops), el alcaudón real (Lanius meridionalis) y el camachuelo trompetero (Bucanetes githagineus). En cuanto a las rapaces, la más frecuente es el cernícalo (Falco tinnunculus). Las aves asociadas a la franja litoral más comunes son el chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), la pardela cenicienta (Calonectris diomedea) y la gaviota patiamarilla (Larus cachinnans). 

El murciélago rabudo (Tadarida teniotis) es el único mamífero autóctono que se ha encontrado en la Reserva del Malpaís, aunque está sufriendo una gran regresión. 

Los otros mamíferos que se encuentran en el Malpaís, son especies introducidas, tal es el caso del conejo (Oryctolagus cuniculus), las ratas (Rattus rattus), ratones (Mus domesticus), así como el erizo moruno (Atelerix algirus).


IMPACTOS AMBIENTALES
A nivel general, observamos un estado de conservación irregular, alternándose zonas bastante bien conservadas con zonas muy afectadas por los usos humanos. Se produce una mezcla entre las transformaciones que sufrió el espacio hasta su declaración como RNE (Reserva Natural Especial) y las alteraciones que hoy en día siguen constituyendo una amenaza para la conservación de los recursos naturales y paisajísticos de este enclave. 
Diferenciamos principalmente cuatro impactos:


1. Las edificaciones en el territorio
La Reserva no fue nunca poblada de manera estable, y actualmente no vive nadie dentro de la misma. Sin embargo, en su entorno existen dos núcleos de muy distinta tipología y función: 
  • Palm-Mar al noroeste; una urbanización que se inició originalmente como centro de iniciativa turística, y que hoy es un área residencial de más de 1500 personas, ocupando el fondo de la suave depresión de La Arenita.
  • El Fraile al este; un barrio que tuvo su origen en el auge de la agricultura de exportación, creciendo rápidamente, al atraer a la población de los alrededores e inmigrantes gomeros.
Además de estos dos núcleos, encontramos también al este de Montaña Grande, junto al límite de la Reserva, el caserío de los Bebederos, donde habitan algunas familias de trabajadores de la finca de la zona. Existen también numerosas infraestructuras agrícolas distribuidas a lo largo de la Reserva. Su grado de conservación es muy variable debido al cese de esta actividad, encontrándose muchas de ellas en avanzado estado de deterioro, por lo que ejercen un impacto paisajístico.

Como suele ocurrir con las urbanizaciones, han generado en su periferia una serie de impactos (taludes, movimiento de tierras, vertidos de escombros, basuras…) que afectaron durante décadas de forma muy directa a la Reserva, teniendo hoy en día una importancia destacable en el deterioro ambiental producido sobre la misma.


2. Extracción de áridos
Las principales afecciones sobre el paisaje volcánico están producidas por aprovechamientos realizados en el pasado. Los principales materiales extraídos en el Malpaís de la Rasca eran arena y picón, destacando este último. Estas ‘’mordidas’’ producidas por la extracción afectan prácticamente a todo el conjunto de edificios volcánicos de la Reserva, pero las más importantes, y que a su vez suponen la mayor agresión ambiental, se encuentran fundamentalmente en Montaña Gorda o Grande. Estas extracciones han destruido completamente el flanco nororiental del cono, dando lugar a la aparición de taludes verticales y rompiendo absolutamente la morfología original del mismo. Dicho volcán se intentó restaurar en su día, pero las iniciativas para ello fracasaron debido a la continua extracción que se realizaba.

Las huellas extractivas llevan ligadas a su vez otros impactos, ya que implicaron la construcción de pistas y generaron nuevos biotopos en los que proliferan formaciones vegetales regresivas y alóctonas.

Foto: Isabel Esquivel Sigut


3. Vertidos
Uno de los grandes problemas de esta Reserva fue la profusión de vertidos de materiales de diferente naturaleza: escombros, basuras, vehículos abandonados, electrodomésticos, plásticos de invernadero… habiendo disminuido en la actualidad debido al cierre de algunas de las vías, así como un mayor control por parte del Cabildo de Tenerife. El malpaís se ve muchas veces como un gran solar abandonado donde tirar los residuos que se generan en las áreas urbanas más cercanas (Los Cristianos, Las Américas…) y parte de los generados in situ (El Fraile, el Palm-Mar). 

Se aprovecha para esto la red de pistas, que facilita el acceso a algunos de los rincones, sobre todo a las zonas con usos agrícolas. Muchos de estos vertidos se produjeron durante años debido a la ausencia de un punto limpio cercano que facilitase la gestión de estos. Desde 2001 se cuenta con el punto limpio de Arona, el cual facilita a los vecinos la recogida selectiva de residuos de origen doméstico, así como toda clase de enseres. Sin embargo, aún se pueden seguir viendo en algunas zonas del Malpaís diversos focos de basura, quizás por la falta de concienciación o por la comodidad que puede suponer tirar estos residuos al lado de casa.

Esta clase de impactos se resuelven con un proyecto de restauración paisajística. Un ejemplo claro es la zona de la caldera de La Laguneta, que llegó a estar en un estado lamentable y que hoy en día es aprovechada para el cultivo, encontrándose en óptimas condiciones.


4. Pistas
Aunque ya hemos hablado de ellas, mención aparte merecen las numerosas pistas existentes, las cuales constituyeron un gran impacto debido a la posibilidad de tránsito incontrolado de vehículos a lo largo de la reserva. Existen dos pistas principales y una red de pistas secundarias que se extiende por casi todo el malpaís, destacando la que asciende a Montaña Grande, actualmente en desuso. La existencia de muchas de ellas está vinculada a la agricultura y a las antiguas actividades extractivas llevadas a cabo en la reserva. En la actualidad hay un mayor control por los agentes de medio ambiente, frenando de esta manera el tránsito incontrolado de vehículos. Todos estos aspectos anteriormente citados han contribuido a una degradación paisajística (pérdida de suelo, vegetación, fauna…)


Autores: Isabel Esquivel Sigut y Gabriel Garrido Macías
Traductora: Gesa Tamara Kruger


REFERENCIAS
Sabaté Bel, F, 1993. Burgados, tomates, turistas y espacios protegidos. Editorial Confederación de Cajas de Ahorros. Santa Cruz de Tenerife.

Martín Esquivel, JL, García Court, H, Redondo Rojas, CE, García Fernández, I, Carrelero Jaime, I, 1995. La Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos. Viceconsejería de Medio Ambiente.

Gobierno de Canarias, 2004. Plan Director, documento informativo de la Reserva Natural Especial del Malpaís de La Rasca. 111p.

García Becera, R, Ortega Muñoz, G, Pérez Sánchez, JM,1992. Insectos de Canarias. Cabildo Insular de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria.

Izquiero, I.,J.L. Martín, N. Zurita & M. Arechavaleta (eds). 2004. Lista de especies silvestres de Canarias (hongos, plantas y animales terrestres) 2004. Consejería de Medio Ambiente y Ordenación Territorial, Gobierno de Canarias. 500 pp.

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