martes, 20 de septiembre de 2016

Una isla contra el cambio climático

Foto: Proyecto Lanius, Samuel García

Los efectos del cambio climático cada vez son mayores y más perjudiciales en el entorno natural. Para hacer frente a esta situación los ciudadanos y las administraciones públicas van tomando, poco a poco, una mayor conciencia, con el fin de llevar a cabo acciones que permitan frenar estos problemas. Uno de los planes que gestionará el Cabildo y los ayuntamientos en el próximo decenio precisamente busca este objetivo.

El proyecto, que incluye diversas líneas de actuación, se ha incluido en el Marco Estratégico de Desarrollo Insular (MEDI) y prevé la inversión de más de 36 millones de euros hasta 2025 en distintas acciones. La estrategia de lucha contra el cambio climático, recoge siete programas: la recuperación del monteverde de la Isla, tratamientos selvícolas en los pinares, la mejora y mantenimiento de las pistas forestales, reforestaciones, la gestión de la biodiversidad y la lucha contra la flora y la fauna invasora.

El cambio climático es provocado por un aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera. El mundo industrializado ha conseguido que la concentración de esos gases haya aumentado un 30% desde el siglo pasado. Se trata de gases que llegan a la atmósfera como consecuencia de actividades de la vida cotidiana, tales como el uso de energía procedente de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), procesos industriales, viajes en avión o en coche o utilización de los electrodomésticos. Pero los gases de efecto invernadero proceden también de la producción agrícola y de la deforestación.

El primero de los programas insulares busca la mejora del monteverde tinerfeño. Para ello se calcula invertir un total de 6,6 millones de euros. Los tratamientos a realizar en las masas de monteverde para su mejora consisten en la corta de los pies más finos, enfermos y muertos para reducir la densidad y respetar los pies que tienen mejores perspectivas de futuro, estos además serán podados como parte del tratamiento. De esta manera, también se reduce el riesgo de incendio forestal, a la par que facilitar el disfrute ciudadano de este ámbito. La superficie de actuación será de 800 hectáreas en los espacios naturales protegidos del Parque Natural de la Corona Forestal y el Paisaje Protegido de Las Lagunetas.

Actualmente existen 10.671 hectáreas de pinar canario de repoblación en Tenerife. Estos pinares están en una situación de decrepitud generalizada y necesitan actuaciones que saneen y mejoren su estado, como recoge el programa de actuación para los tratamientos selvícolas en los pinares. El objetivo es realizar tratamientos sobre masas repobladas de pino canario para la eliminación de la excesiva competencia de los pies existentes y la paulatina naturalización, y consiguiente vigorización, de la masa forestal. Asimismo, estos trabajos favorecerán la calidad paisajística y la masa resultante será más resistente a incendios forestales. Con un coste de 9,6 millones, esta actuación abarcará10.671 hectáreas, y se pretende se pueda generar empleo.


PISTAS FORESTALES

La actuación con mayor inversión, cerca de 11,7 millones, es la mejora y mantenimiento de pistas forestales, en donde se pretende actuar en casi 3.000 kilómetros. El objetivo que se pretende es disponer de una red de pistas forestales adecuada, transitable y segura que permita acceder al territorio donde se ejecuta la actividad forestal. Se pretende actuar en el Parque Natural de la Corona Forestal, el Paisaje Protegido de Las Lagunetas, la Reserva Natural Integral de Pinoleris, la Reserva Natural del Chinyero y la Reserva Natural Especial de Las Palomas.

Otro de los apartados contemplados en este proyecto de lucha contra el cambio climático es la reforestación para consolidar el anillo forestal insular, actuación que cuenta con unos fondos de 3,2 millones de euros hasta 2025. Asimismo, la idea es actuar en más de 480 hectáreas, tanto en el norte como en el sur de la Isla. Todas las repoblaciones que se realizan actualmente tienen un carácter eminentemente protector. Entre sus objetivos destaca contribuir a la lucha contra el cambio climático disminuyendo la cantidad de CO2, con la plantación de especies vegetales, controlar la erosión y minimizar los procesos de escorrentías, sustituir las masas de especies foráneas por hábitats autóctonos y generar empleo.

Un total de 2,9 millones de euros es el presupuesto estimado para el plan de gestión de la biodiversidad y adaptación al cambio climático, el cual pretende revertir la pérdida de biodiversidad, preservar y restaurar las zonas bien conservadas y valorar los servicios de los ecosistemas a la población. Inventariar hábitats y especies no catalogados, desarrollar una infraestructura verde en la Isla que una las ciudades con el medio natural y mejorar la lucha contra el uso de venenos son algunas acciones contempladas.


EL RABO DE GATO Y EL MUFLÓN, DECLARADOS ENEMIGOS 

El plan recoge dos programas destinados a la lucha contra las especies invasoras, uno para la fauna y otro para la flora. Mientras este último cuenta con casi dos millones, el de la fauna dispone de 677.500 euros. En Tenerife existen unas 18.000 especies de flora exóticas y de ellas 60 tienen un comportamiento invasor. El caso más relevante y conocido por la población es el rabo de gato que se extiende muy fácilmente y que evita que puedan establecerse otras especies vegetales. Entre las actuaciones previstas destaca la redacción de una estrategia de lucha contra las especies exóticas invasoras de flora, el control y erradicación, establecer un sistema de alerta temprana para evitar nuevas invasiones e investigar y desarrollar nuevos métodos adecuados a cada especie.

Además, se plantea desarrollar una Estrategia para la prevención y el control de especies invasoras de la fauna, en la que se integre y fomente la participación ciudadana. Destaca casos como la erradicación del muflón y el control de mascotas en zonas naturales.

Autora: Jessica Moreno · Diario de Avisos.

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